Lady Wasabi

Contábamos ayer...

Mientras los lemures malignos seguían planeando y desenvolviendo banderas con esvásticas, Juan se miró el muñón que antaño había sido su super-pollón de 65 cm., lloriqueó un poco y se desvaneció en el charco de sangre.

Mientras Juan estaba tumbado el tragaluz se rompió en mil pedazos y dos figuras cayeron justo en el centro de la habiktación, vestidos con látex y cuero y en posturas bastante... curiosas.

- ¡Deteneos, malignos! - clamó el primero. Era un andrógino, con pechos pero con algo de barba rodacía, y con unas piernas bastante masculinas. - ¡El Dúo Sadomaso os impedirá conquistar el planeta!

El segundo tenía más aspecto de mujer, sobretodo por las pedazo de tetas que tenía, pero su polla al aire hacía dudar también de su auténtico sexo.

- Me llamo Alejandra Amenabar, y os impediré, junto a mi amada reina del sado, que lleveis a cabo vuestro plan.

¿Alejandra Amenabar? ¿No era aquél director de cine que tras un rollo con una reina del sado se había cambiado de sexo paulatinamente? Que cosas, pensó ella, mientras no apartaba la vista de la polla de la reina del sado.

Los lemurazis se quedaron atónitos, los dos andróginos atacaron sin compasión sus filas, que se veían incapaces de detenerlos. Asi pues, Adolf Lemuri llamó a varios camaradas y les ordenó recoger lo más preciado, la polla de Juan, que se la habían dejado en la escena del crimen y desparacer hasta una próxima oportunidad.

Así lo hicieron, y para cuando A.A. y su reina del sado se dieron cuenta, ya habían huido en su lemuróptero.

- Bueno, -dijo la reina del sado haciendo chasquear el látigo que llevaba- ¿y quienes sois vosotros?

- ¿No lo ves? Ese es Juan, han conseguido cercenarle La Polla (tm) ¡el mundo está acabado!

- Tranquilo, he enviado a varios masocas a recuperarla mientras veníamos hacia aquí. Podemos esperarles... y... ¿has visto ese muñón?

- Sí - contestó A.A.- y la verdad es que tengo ganas de...

- ¡Lo sé! - gritó la reina del sado, mientras esposaba a su compañero y le empezaba a patear con sus tacones de aguja.

Así es chicos, A.A. y la reina del sado eran parafílicos no solo del sadomaso, sin también de los muñones y miembros cortados, y ahí tenían el del brazo y el de la polla, por lo que se encendieron rápidamente.

Pronto llegaron los secuaces de ambos, destrozados, y menos de los quje debieran.

-¿Qué ha pasado? -exclamó la reina del sado.

- Las ardillas asesinas ninjas nos han atacado masivamente, mi ama. No hemos podido hacer nada...

- Pues os quedáis sin castigo todos -atajó la reina, para el descontento de los masocas.

Tras eso, informaron a sus tres nuevos miembros de la situación: La Polla era un ente sagrado de incomensurable poder, que al estar unido al mediomierda ese (que seguía inconsicente y perdiendo sangre alarmantemente) no podía despertar del todo, y ellos eran los encargados de protegerlo, por lo que habían estado siguiéndole y traumatizándole desde que era pequeño. sin embargo, les lemurazis pronto habían deseado ese objeto de poder, sin comprender las consecuéncias de su separación, al igual que las ardillas asesinas nija, sus rivales. Ahora, con las cartas en su contra, debían embarcarse en una misión suicida para recuperarla antes de que fuera tarde.

Y cuando parecía que no podía ir peor (y como no podía ser de otra manera) unas luces alumbraron el cielo. Las nubes se abrieron y pareceieron los 4 The Happiness cantando "amo esa pooolla; hay que injertarsela de nuevo...." Las ardillas asesinas ninja, que acababan de llegar, los masocas y los lemures quedaron petrificados mientras Laura y sus amiguitos de color pastel se arrodillaban entorno a Juan. Unos rayos de luz salieron de sus manos e iluminaron a Juan y a La Polla. Los Happiness se concentraron, cerraron los ojos con fuerza, apretaron los dientes y cuando emepezaban a sudar de concentración, La Polla y Juan se fundieron otra vez en uno. Muy agradecido, JuanPolla prometió a los Happiness hacer cualquier cosa por ellos. Los 4, con las manos cruzadas sobre el pecho, se miraron y se enseñaron sus sonrisas Profiden. Laura, a la que todos amaban, le dijo a JuanPolla que ya que con su renovada "condición" no sería capaz de esperar hasta el matrimonio, la mejor opción era que se metiera a cura. Él, cumpliendo su promesa y con lágrimas de emoción en los ojos, aceptó.
Los Lemurnazis, los Masocas y las Ardillas asesinas nija se lanzaron a detenerlos cuando el tragaluz volvió a iluminarse, esta vez con una explosión. Happipoweeeer! pudieron escuchar. Todos quedaron cegados. Cuando recuperaron la visión, ni los Happness ni JuanPolla estaban ya allí.

Era el día indicado, JuanPolla entraría en breves momentos a formar parte del clero. Ya estaba vestido con su hábito de monje, con las manos en señal de oración, junto a sus futuros hermanos. Sonaron las campanas y todos fueron entrando a la abadía. Después de una emotiva misa, llegó el momento en el que JuanPolla debía hacer sus votos...

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And the siguente is... Céline!

Picó Lady Wasabi cuando daban las 17:14 del Martes 9 de Enero 2007